viernes, 8 de abril de 2011

Monarquía.

  Hace unos días leía en el periòdico que una niña había ganado un concurso titulado: ¿Para qué sirve un Rey? Esta pregunta, aparentemente inocente, me sirviò para pensar un poco en el papel de
la Monarquía en España.
  Sus defensores dicen es el máximo representante del Estado y que en todo caso haría falta un presidente de la República que sería lo mismo. Exactamente lo mismo, no. Porque el cargo de presidente no es
vitalicio, ni hereditario y, por supuesto, los privilegios no se extienden a varios niveles de parentesco.
  El mayor logro de Su Majestad parece ser su papel en el fracaso del golpe de estado. ¿Qué gratificación espera por acatar la constitución y no sumarse a los golpistas?
  Aun sin entrar a valorar la asignación a la Casa Real en los Presupuestos, los gastos que conlleva en escolta y dedicación policial, por ejemplo, son altísimos. Por no hablar de una Constitución que defiende la superioridad de un ciudadano sobre los demás desde el mismo momento de su nacimiento.
  Ahora que se celebran los 80 años de la instauración de la Segunda
República, sería un buen momento para analizar el papel de la Monarquía antes y después de la Constitución.


Publicado en  Público el jueves 7 de abril de 2011.
Publicado en El Día de Toledo el viernes 8 de abril de 2011. 

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