jueves, 31 de marzo de 2011

Justicia y religión.


  Los pocos años que llevamos de democracia vienen a demostrar que el nacional-catolicismo nunca se fue. Sí, se agazapó un poco para confundirse con el fondo democrático, pero con la ayuda de jueces y fiscales (otra reliquia franquista) se empeña en volver a escena.
  Leo Bassi, al igual que lo fue Javier Krahe, ha sido imputado por “delitos contra el sentimiento religioso”. La libertad de expresión acaba donde empieza la Iglesia, me temo.
  Estamos hablando de una Iglesia que llevó a Franco bajo palio; con casos de pederastia por doquier; implicada en escándalos financieros; que llama asesinos a los favorables al aborto y enfermos a los homosexuales… Esta misma Iglesia se siente ofendida cuando se le recuerdan estos hechos. Están en su derecho de indignarse, pero lo que no es admisible es el papel que algunos jueces españoles están 
representando.


Publicado en El País el jueves 31 de marzo de 2011.
Publucado en Público el jueves 31 de marzo de 2011.
Publicado en El Día de Toledo el viernes 1 de Abril de 2011. 

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