Este es un cuento viejo. Empieza con la llamada "burbuja inmobiliaria", la época de bonanza económica ligada a la construcción llegó a vender casas en la provincia de Toledo anunciándolo como "sur de Madrid", y acabará como la mayoría de entidades financieras: rescatadas o nacionalizadas.
Las empresas que gestionan estas autopistas son en su mayoría constructoras como OHL, Isolux, FCC, Sacyr, ACS... pero también entidades de crédito que participan por partida doble; por un lado como concesionarias y por otro como prestamistas para su construcción. Estos créditos empiezan a ser ya de dudoso cobro para los bancos implicados, como los ligados al ladrillo, y probablemente deberán incluirlos en sus balances como "activos tóxicos" empeorando aun más su cuenta de resultados.
El Gobierno se verá obligado a tomar una decisión con estas autopistas en estado de quiebra técnica y las opciones son bastante reducidas: o bien que el Estado compense a los concesionarios de las autopistas por la diferencia entre el tráfico presupuestado cuando se adjudicó la concesión y el tráfico real; prorrogar las concesiones que sí funcionan a cambio de que ésta se hagan cargo de las deficitarias o bien la nacionalización de los peajes.
Los ciudadanos, como se ve en los estudios de explotación, no son partidarios de la utilización de estas vías, pero todas las soluciones que se proponen son lesivas para los ciudadanos que se verán obligados a financiar indirectamente el rescate de estas autopistas.
Publicado en dclm.es el sábado 14 de mayo de 2012.
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