jueves, 19 de enero de 2012

La banca, epígono del esperpento.

 Si cualquier ciudadano deja de pagar un crédito hipotecario inmediatamente es incluido en una lista de morosos y se inicia un procedimiento de embargo que acaba con la pérdida del piso, de las las cantidades satisfechas y una deuda que arrastrará durante toda su vida, amén de la imposibilidad de acceder a ningún crédito por su inclusión en el registro de morosos.  Por el contrario, si una entidad bancaria (léase CCM, Bancaja o Banco de Valencia) se ve abocada al rescate financiero por parte del Banco de España, la situación es absolutamente distinta: se le inyecta el capital necesario para evitar la quiebra, se mantienen los emolumentos de los consejeros, se le "anima" a la fusión con otra entidad en mejor situación y ni siquiera se exigen responsabilidades a sus dirigentes.
 El colmo de la desfachatez viene cuando estas entidades que han recibido ayudas públicas (a través del famoso FROB ), lejos de utilizar esas inyecciones de liquidez para facilitar el crédito a familias y empresarios, lo utilizan para comprar deuda pública mejorando así su cuenta de resultados sin ningún riesgo.
 Ya sabemos que la banca no se rige atendiendo a criterios éticos pero, por favor, tampoco hace falta que se conviertan en epígonos del esperpento.


Publicado en dclm.es el sábado 14 de enero de 2012.
Publicado en El Día de Toledo el domingo 15 de enero de 2012.

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