Definitivamente esta tarde quedará aprobado un nuevo Estatuto de Autonomía de Castilla la Mancha cuya única modificación sustancial que introduce es el reparto de diputados por provincias. La tentación de manosear la ley electoral es demasiado grande para Cospedal; no en vano, esta será su segunda modificación de la Ley electoral en los tres años de gobierno del PP en la región. La primera modificación, la ley 4/2004, aumentaba el número de diputados en aras a una mayor “representatividad” aunque en realidad lo que aumentaba era el número de diputados que elegían las provincias más afines al PP.
Un año después María Dolores de Cospedal dejaba sin sueldo a los diputados regionales (claro que, ¿quién quiere sueldos habiendo sobresueldos?) y anunciaba una nueva reforma de la Ley Electoral regional (a través del Estatuto, claro) por la que reducía a la mitad el número de diputados a elegir en cada provincia por motivos “de ahorro y austeridad”. ¿Qué hay más económico que un diputado sin sueldo?
Esta nueva reforma lo que se traduce es en laperpetuación del bipartidismo ya que al reducirse el número de escaños a repartir aumenta el número de votos necesarios para obtener representación a casi el doble.
La reforma del Estatuto ha sido aprobada en el Congreso y en el Senado solo con los votos del PP, aun cuando existía el acuerdo tácito de no aprobar cambios en los Estatutos de Autonomía sin el acuerdo de todos los partidos de la Cámara, lo que da buena cuenta del carácter partidista de la reforma.
En definitiva, estamos ante “un auténtico golpe de estado. Recuerda los modos y maneras de Hugo Chávez”. No lo digo yo, lo decía Cospedal allá por 2007 cuando Barreda [ex presidente socialista] aumentó el número de diputados a elegir en Toledo y Guadalajara por su aumento poblacional. Los que votaron a Cospedal por “el cambio” están de enhorabuena: dos cambios de las reglas de juego en tres años.
Publicado en 20minutos el lunes 21 de julio de 2014.
Publicado en dclm.es el lunes 21 de julio de 2014.
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