Lo único que ha quedado claro después del gravísimo accidente en el Madrid Arena durante la fiesta de Halloween es que los culpables, si los hubiera, serían por este orden: los padres, la sociedad y la oposición.
Que este espacio no tuviera licencia de funcionamiento, que se sobrepasara el aforo del recinto, que hubiera escasez de personal de seguridad y sanitario o que la empresa organizadora tuviera varios impagos con hacienda son solo anécdotas sin importancia para la alcaldesa de Madrid y demás dirigentes populares.
En estas discusiones estamos cunado aparece el fiscal general del Estado, Torres- Dulce, para aportar algo de "cordura": "hay un problema sociológico, generacional, familiar..." Sí, claro, y y hay una crisis de vocaciones religiosas y no creo que eso tenga relación con la tragedia. Con fiscales así, no hay caso que se resista.
Pasados los días, el Sindicato Unificado de Policía denuncia que el recinto no tenía licencia de funcionamiento y el ayuntamiento se apresura a defenderse alegando que las instalaciones municipales no necesitan licencia de funcionamiento. Correcto, entonces ¿por qué se solicitó esta licencia en 2009 y fue denegada por Urbanismo?
La Ley de Administraciones Públicas impide contratar eventos con empresas que tuvieran deudas con hacienda o con la Seguridad Social, como era el caso de la empresa organizadora, pero tampoco fue óbice para que este evento fuese contratado por la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos.
La postura desde el Ayuntamiento y la Comunidad, fiel a su estilo, es la de echar balones fuera y culpar al mensajero: "dejen de utilizar políticamente la muerte de cuatro niñas".
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