Cuando el Gobierno aceptó sin reservas que la crisis española era mucho más grave y de otra naturaleza que la europea seguramente era ya demasiado tarde, pero el Gobierno optó por una medida acorde a su ideología: lanzó el Plan E para intentar rebajar el paro a costa de aumentar el déficit público. Sin duda, esto no fue suficiente. Los empresarios pidieron abaratar el despido, el BCE y la Unión Europea exigieron que redujera el déficit y el gasto, los "mercados" le exigen que ahonde en los recortes para dar estabilidad a la deuda... Zapatero, dejando a un lado su ideología y bajo la espada de Damocles de las agencias de calificación, impone recortes que no logran calmar a los mercados ni reducen el paro.
Para Mariano Rajoy la solución es sencilla: elecciones. ¿Y después, qué? Pues echar la culpa a otro, como en Castilla-La Mancha, y proceder a efectuar los recortes antes criticados y ahora presentados como inevitables.
Publicado en El País el jueves 21 de julio de 2011.
Para Mariano Rajoy la solución es sencilla: elecciones. ¿Y después, qué? Pues echar la culpa a otro, como en Castilla-La Mancha, y proceder a efectuar los recortes antes criticados y ahora presentados como inevitables.
Publicado en El País el jueves 21 de julio de 2011.