viernes, 21 de febrero de 2014

El Bálsamo de Fierabrás

En las leyendas del ciclo Carolingio el Bálsamo de Fierabrás es una poción mágica capaz de curar todas las dolencias del cuerpo humano.  En Castilla la Mancha no vamos a ser menos y también tenemos nuestra poción mágica (con copago y lista de espera, por supuesto): el Bálsamo Cospedal.
 Gracias a los poderes y sabiduría que atesora nuestra presidenta, los pacientes con enfermedades degenerativas (es decir, aquellas que empeoran con el tiempo) mejoran milagrosamente hasta el punto de ser del todo innecesaria la prestación por dependencia.  No solo para los males de cuerpo sirve este bálsamo de Cospedal, también es mano de santo para la educación y el empleo. En el caso de la educación es resultado es casi milagroso: con cinco mil docentes menos, aulas con mas de cuarenta alumnos, sin calefacción por falta de pago, sin transporte escolar para muchos pueblos y urbanizaciones, sin becas, con lista de espera para estudiar FP... ¡ha reducido el abandono escolar y ha mejorado los resultados académicos!
 También está indicada esta fórmula magistral para el empleo, y detrás de los árboles (50.000 parados mas y 100.000 afiliados menos a la Seguridad Social) hay una luz preciosa que da paso a un bosque magnífico, una versión castellanomanchega del  locus amoenus de Virgilio en forma de empleo.
Con tantas indicaciones (y ninguna contraindicación) no sería raro que los gerentes de los hospitales castellanomanchegos ordenaran quemar los vademecum y se fiara la salud de los ciudadanos a los doctos consejos de Fierabrás- Cospedal.


Publicado en dclm.es el jueves 20 de enero de 2014.

martes, 18 de febrero de 2014

Comercio triangular 2.0

Según mi profesor de historia en COU, el comercio triangular consistía en recalar en la costa occidental de África cargado de quincalla y cambiarlo por esclavos que llevar al nuevo mundo. Por supuesto, en esta travesía morían algunos esclavos... pero había muchos.
 Algo así sucede ahora en el Estrecho, solo que la quincalla está a este lado (el lado europeo, los "civilizados", los blancos) y los subsaharianos, los negros, son los que se lanzan de motu propio a la muerte o a la esclavitud europea.
 La desesperación es la que lanza a estas personas a cruzar África andando para ponerse en manos de mafias que no dudan en abandonarlos en alta mar al ser divisados por las patrulleras españolas. Unos bárbaros, sí, pero nosotros (los civilizados) somos los que instalamos cuchillas que matan en las vallas fronterizas, los que hacemos naufragar sus pateras, los que disparamos pelotas de goma mientras nadan o los que los encarcelamos por "ilegales" si todo lo anterior falla.
Este comercio triangular del siglo XXI, también se cobra vidas; pero, al igual que entonces, son negros y hay muchos... ¡Qué vergüenza!


Publicado en dclm.es el sábado 15 de febrero de 2014